La vida de cientos de juarenses transcurre en dos lugares, viven la mayor parte del año en alguna ciudad de Estados Unidos y vuelven para pasar la temporada decembrina en compañía de su familia.
Mónica y Roberto, son dos vivos ejemplos de esta situación, tienen en común que trabajan del otro lado de la frontera, a miles de kilómetros de su hogar, para ofrecer una mejor calidad de vida a quienes dependen económicamente de ellos.
La mujer decidió buscar suerte hace más de ocho años en un pueblo turístico enclavado en las montañas del estado norteamericano de Colorado.
Cuenta que su intención era pagar la educación superior de sus tres hijos, las dos mayores iban a ingresar a una universidad en la vecina ciudad y las colegiaturas eran caras, así que, dice, decidió sacrificarse.
Recuerda que en ese entonces, el vecino país atravesaba por un buen momento, recuerda que existía un auge en el empleo y pudo conseguir su visa de trabajo.
Sin embargo, el año pasado las autoridades ya no autorizaron la renovación de su documento y se vio obligada a conseguir papeles falsos para poder conservar su fuente de ingresos.
Comenta que el lugar donde trabaja se llama Vail y a su decir, es uno de los destinos preferidos de las familias acaudaladas y de los artistas famosos tanto de México como de Estados Unidos, e incluso de otros lugares del mundo.
Narra que trabaja de ocho de la mañana a diez de la noche, ya que cuenta con dos empleos, porque dice, que aunque le pagan bien, “la vida es mucho más cara acá”. “Tan sólo las rentas son muy elevadas, muchos rentan para que vivan varios en un solo departamento, yo quise pagar mi renta sola para que mi familia pudiera llegar a visitarme así que tengo que laborar más”, abunda.
Este año, su visita a la ciudad fue antes de lo habitual, ya que la temporada decembrina es cuando hay más trabajo en el lugar donde vive.
Dice que le gustaría regresar a vivir a Ciudad Juárez pero que la desanima el clima de violencia y la falta de empleos por el que atraviesa la localidad.
“La verdad es que quisiera volver, pero a qué me quedo si para la gente de mi edad ya no hay trabajo, aparte la situación está muy fea”, agrega.
Considera que el inconveniente al que tiene que enfrentarse es el de permanecer de manera ilegal en el vecino país, ya que vive temerosa de que las autoridades de inmigración la descubran y la deporten.
“Todos los que están igual que yo le tienen miedo a la migra, por eso cuando hay poco trabajo se empiezan a oír rumores de que va a haber una redada y es el tiempo que aprovechamos para regresar con la familia”, comenta.
De acuerdo con autoridades federales, tradicionalmente el día de Acción de Gracias y los dos días que le preceden, así como el periodo que va del 21 al 23 de diciembre, son los que registran históricamente las mayores afluencias de paisanos.
El año pasado, el Instituto Nacional de Migración informó que en la temporada decembrina, se internaron por Chihuahua 90 mil visitantes, una gran parte de ellos solamente pasaron por esta ciudad para continuar su camino hacia interior del país.
Roberto, quien después de pasar más de nueve meses trabajando en una tienda de materiales de construcción en Tulsa, Oklahoma, regresó hace unos días para estar con sus seres queridos.
Al igual que Mónica, Roberto dice estar temeroso cada vez que tiene que regresar a EU a trabajar, su preocupación es que no le renueven su permiso de turista o que las autoridades descubran que trabaja sin autorización. “Yo tengo mi visa de turista y trabajo con un seguro chueco, ahora que bajó el trabajo se puso muy difícil”, asegura.
“Si yo consiguiera un trabajo aquí ya no me iría, pero creo que vale la pena separarse de la familia porque si trabajara aquí, ellos no tendrían lo que ahora tienen”, considera.
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